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¿Cómo recuperar las confianzas post colusiones?

* Quisiera compartirles acá una nota de prensa que escribimos junto a mi equipo en el Instituto del BienEstar, considerando el impacto que han tenido algunas situaciones difíciles a nivel de confianzas en nuestro país, creo necesario generar reflexión y empezar a tomar acciones individuales y colectivas que promuevan un cambio positivo:



¿CÓMO RECUPERAR LA CONFIANZA EN NUESTRAS INSTITUCIONES Y COMO SOCIEDAD?

Los últimos acontecimientos que han salido a la luz pública en los últimos meses, relacionados a colusiones de distintos conglomerados (farmacias, avícolas, papeleras y ahora los supermercados), han generado diversas reacciones ciudadanas basadas en el descontento y desaprobación, generando una pérdida importante de confianza hacia las organizaciones e instituciones.


La confianza: Encuestas y Estudios en Chile.


Según datos de la Encuesta CEP del mes de abril año 2015, un 50% de los encuestados ya opinaba que las malas prácticas en el servicio público de Chile eran extensas y más frecuentes que hace diez años atrás. Por otra parte, un 14% confíaría en las empresas y un bajísimo 12% en el Congreso y Partidos Políticos (Fuente: Encuesta CEP. Abril 2015). De hecho, los niveles de confianza en Chile – unos de los más bajos del mundo – ya venían sistemáticamente a la baja. Un informe del PNUD indicaba que a finales de los ’90 la confianza rodeaba el 30%, mientras que en el 2011 había caído a un 20%, dato que calza con lo informado por diversas encuesta nacionales.


Según un estudio de la Universidad Adolfo Ibáñez liderado por los profesores Wenceslao Unanue (Director del Instituto del Bienestar) y Marcos Gómez, solo el 18,6% de los chilenos declaraba poseer plena confianza en la organización donde trabaja. Al parecer, esto contrasta con la confianza en la familia. El chileno “centra su felicidad en su familia y amigos, más que en los que le rodean en el trabajo o las instituciones”, explica el director del Instituto de Bienestar.

Pero el informe de los profesores de la Universidad Adolfo Ibáñez no se queda en el mero dato, sino que analiza los “efectos secundarios” de la desconfianza en el ámbito laboral. Consecuencias tanto para la salud de la persona, como de la empresa. Los que menos se fían de sus compañeros, jefes o subalternos poseen un 268% más de estrés, presentan un 48% más de síntomas depresivos y están un 30% menos comprometidos. Los que más confían son un 40% más felices y tienen un 155% menos de estrés laboral. (Fuente: 24 horas. Abril de 2015).


Pero los problemas de confianza están más extendidos de lo que tendemos a pensar. En otro estudio de Unanue, Gómez y Cortés de la Universidad Adolfo Ibáñez, los autores muestran que la baja confianza (e incluso la desconfianza) le afecta no sólo a la política, sino que también a la Iglesia Católica, los empresarios, los trabajadores e incluso a las parejas.


¿Por qué la confianza importa? Porque está demostrado que las sociedades y organizaciones en que se confía más, funcionan mejor y sus habitantes y trabajadores son más felices.


Desde este punto de vista… ¿qué se puede hacer? Diversas instituciones han hecho eco de los actuales problemas del mundo, y han colocado su foco en el desarrollo de la felicidad y bienestar. La ciencia nos ha mostrado que está ahí la clave para construir un mundo mejor donde todos podamos entregar la mejor versión de nosotros mismos.


Para el equipo de profesionales del Instituto del Bienestar, recuperar las confianzas como sociedad nace de un cambio de paradigma en el que se potencie a los ciudadanos individualmente y en conjunto, basado en buenas prácticas y en el refuerzo de valores fundamentales que, como sociedad, necesitamos más que nunca.


Las colusiones nos han llevado a reflexionar y generar una discusión a nivel país sobre cómo queremos que sucedan las cosas. Creemos esta es una gran oportunidad para tomar conciencia y desarrollar valores que incluso pueden ir transformando positivamente nuestra identidad.


Esta bien tener un análisis crítico sobre aquellas cosas que no están bien y desde ahí valorar lo que implica un comercio justo, basado en una ética sólida, desde la colaboración y responsabilidad que le corresponde a cada uno de los actores en nuestra sociedad, pero es fundamental ir más allá de la crítica y empezar a sostener cambios desde el individuo que vayan teniendo un impacto social cada vez más fuerte y creciente. En este sentido, para poder ir recuperando las confianzas, es necesario que cada uno de nosotros pueda transformarse en una persona confiable… Básicamente se trata de cumplir con aquello que nos comprometemos, desde la fidelidad, puntualidad, pagar o entregar trabajos en los tiempos acordados, entre otras medidas. Si no se está seguro de poder cumplir con algo es mejor decirlo desde un inicio y negociar un acuerdo que sí sea más posible de cumplir. Es clave ir conociendo cuáles son nuestras capacidades y limitaciones, qué podemos ofrecer y qué no, para así poder asumir solo aquellos compromisos o partes de ellos que SI podamos cumplir.


Confiemos más en nuestras fortalezas y ayudemos a otros a construir confianza en las suyas para que así podamos cada uno florecer en su área, complementarnos, apoyarnos a ser mejores, en vez de insegurizarnos, lanzarnos agresiones, bullying y estar siempre enfocados en el defecto y en lo que falta del otro. Centrémonos en reforzar y apreciar lo que sí tenemos, en el valor que cada persona tiene para entregarnos.


Respetemos las confianzas que depositan en nosotros, aprendamos a guardar la privacidad de otros cuando nos confían sus historias personales, devolvamos aquellas cosas que nos prestan (aunque a la persona se le olvide cobrar), trabajemos activamente por salirnos del esquema del individualismo y la desconfianza, de que en Chile “gana el más vivo” como se diría en nuestra jerga popular, y en vez de destruirnos en el camino, cimentemos la posibilidad de acercarnos, hacer puentes, volver a confiar en las personas, en la colaboración y en el optimismo de que podemos crear un Chile mejor, con mayor nivel de confianza y solidaridad. Cada uno sabe dentro de sí mismo qué podría mejorar para crecer en este aspecto y transformarse en una persona con mayor confianza en si mismo, en los otros y en el futuro. Si cada uno se compromete a hacer un cambio a nivel personal, integra a esta reflexión y proceso a su familia, amigos o entorno cercano, seguro iremos contagiando un cambio positivo.


Por nuestra parte, nos mantenemos optimistas y aportando lo mejor de nosotros para seguir construyendo un Chile más humano, cercano, con confianza y mayores índices de felicidad. Estamos convencidos de que sí es posible…


Instituto del Bienestar (IBE) Chile.

http://institutodelbienestar.cl

info@institutodelbienestar.cl

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