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Comparaciones Sociales y Rumiaciones

La rumiación y las comparaciones sociales negativas, son perjudiciales para nuestra salud mental y empeoran nuestra calidad de vida de forma significativa, por lo cual les entregaré algunas ideas para enfrentar esta dificultad. Primero, vamos a conocerlas un poco mejor:


La rumiación es pensar en exceso, pasivamente, en forma circular, sin fin, una y otra vez , sobre un problema, sus causas y consecuencias. Si bien es frecuente encontrar rumiaciones en personas con rasgos obsesivos o depresión, todos podemos tener rumiaciones en algún momento de la vida, lo cual no deja de ser perjudicial, dadas sus consecuencias: - La rumiación profundiza la tristeza y ansiedad.

- Disminuye nuestra capacidad para resolver problemas.

- Disminuye la motivación y la iniciativa.

- Interfiere con la concentración y nuestro rendimiento (académico, laboral, etc.)

- Profundiza las disposiciones pesimistas sobre los problemas.


En cuanto a las comparaciones sociales, estas pueden ser positivas o negativas. En las comparaciones positivas, si las hacemos “hacia arriba”, comparándonos con quienes consideramos que están en una posición mejor a la de nosotros actualmente, podemos sentir admiración, motivación para imitar ese camino, estimulación y asombro. Si comparamos “hacia abajo”, con personas que percibimos están peor que nosotros, sentimos inevitablemente una mayor valoración respecto a lo que nosotros tenemos.


No obstante, las comparaciones sociales negativas tienen un efecto bastante destructivo en nosotros. Si comparamos “hacia arriba”, sufrimos sentimientos de inferioridad, baja nuestra autoestima y podemos sentir envidia, frustración y resentimiento. Si nos comparamos “hacia abajo”, podemos sentir culpa por tener más que otros o incluso miedo de llegar a esas situaciones, llegando incluso a aislarnos de todo lo que nos exponga a ellas.


Por otra parte, un dato importante de saber es que los estudios demuestran que la gente que es más feliz con su vida, se compara mucho menos socialmente que el promedio de la gente. Una razón más para buscar la felicidad…


Ahora, es necesario preguntarse ¿qué prácticas o ejercicios podrían ayudarnos a detener las rumiaciones y las comparaciones? Sonja Lyubomirsky, Psicóloga Social de la Universidad de Stanford, nos propone lo siguiente:


- Evitar que fluyan la rumiación y la comparación social negativa utilizando distracciones que demanden poderosamente su atención.


- Decidirse a detener estos pensamientos, hacerse conciente del daño que nos produce, tener la voluntad de dejarlos ir e intentarlo activamente. Es decirse a si mismo ¡ PARA ! y hacer algo más productivo.


- Hablarle a una persona de confianza acerca de los pensamientos, problemas y comparaciones que nos inquietan, tratando de abrirnos a recibir consejos.


- Escribir acerca de los pensamientos, problemas y comparaciones que nos inquietan y buscar soluciones.


- Actuar en forma concreta para resolver los problemas. Pasar de “preocuparse” a “ocuparse”.


- Realizar técnicas de meditación o relajación (ver ejercicios en artículo “Técnicas de Relajación”).


- Llevar un diario de gratitud (ver ejercicio en artículo “el poder de la gratitud”) que nos ayude a revertir los efectos de la comparación social negativa, valorando más lo que tenemos y pasando desde una actitud de “rumiar lo negativo” a “saborear lo positivo” de la vida.


Fuentes:


- Material extraído de diapositivas del Diplomado en Psicología Positiva, dictado por el Instituto de Inteligencia Emocional.


- Lyubomirsky, S. (2007). “The How of Happiness”

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