¿Cómo saber si estoy en una relación saludable o tóxica?
Muchas veces nos mantenemos en relaciones que no nos suman, que nos estancan e incluso nos dañan, sin embargo seguimos ahí… y en eso pueden existir múltiples razones que no necesariamente tienen que ver con amor…:
Miedo a no encontrar a alguien mejor
Miedo a la soledad, dependencia, sentir que “peor es no tener una relación”.
Pensar que el otro “cambiará en un futuro” o que “yo lo haré cambiar”, justificar, minimizar, creer que no merecemos una relación mejor o creer que todas son malas…
Pensar que la separación puede dañar a tus hijos (aunque las investigaciones muestren que un matrimonio en conflicto y con violencia permanente puede ser mucho más dañino que una buena separación)
No querer o no poder en ese minuto asumir costo económico de separación.
Ser víctima de amenazas o temer represalias del otro si uno decide terminar: Pensar que el otro puede dañarme, dañarse a si mismo o a los hijos si decido terminar relación…
No querer asumir la “pérdida de la inversión”. La creencia de que terminar significa que “he fallado”, “perdido tiempo”, “los demás verán que fracasé y me juzgarán”, etc.
Temor a que si termino relación, sacrifique mi posibilidad de ser mamá por reloj biológico y no encontrar alguien nuevo “a tiempo”.
Por aislamiento, celos o problemas en la organización del tiempo no se ha conocido ninguna otra persona y se cree no poder conocer a nadie más.
Estas y muchas más razones pueden generar que la persona se mantenga en una relación que no la hace feliz ni la hace crecer, pero cuando sobre justificamos y minimizamos, o no sabemos cómo realmente evaluar esto, más allá de comparar nuestra relación con otras, ¿cómo podemos identificar si estamos en una relación saludable o no? Martín Seligman, investigador y doctor en psicología, se ha especializado en aquello que hace florecer al ser humano desarrollando todo su potencial. Él refiere que el acrónimo PERMA puede ser la clave para que podamos sentirnos en bienestar. En este sentido, esta guía (que les traduzco al español acá) puede ayudarnos a revisar cómo nuestra relación nos está aportando en la vida:
P (emociones positivas): ¿Mi relación me entrega predominantemente alegrías, serenidad, ternura, deseo sexual y emociones que me hagan sentir bien?
E (Compromiso): ¿Me hace sentir el compromiso de entregar lo mejor de mí? ¿Me da el espacio para desarrollar mi potencial? ¿me impulsa a fortalecer mis talentos?
R (Relaciones Saludables): Desde que estamos juntos ¿mi círculo social ha crecido y se ha fortalecido? ¿Me ayuda a acercarme a mi familia o me aísla de ellos? ¿Muestra buena disposición a compartir con mi familia y amigos? ¿Me integra en sus redes sociales cuando es posible?
M (Significado): ¿Juntos hemos construido propósitos que dan mayor sentido a nuestras vidas? (a través de la crianza, proyectos comunes, o unión para apoyar causas sociales o medioambientales, por ejemplo)
A (logros): ¿Juntos llegamos más lejos que solos? ¿Nos aportamos mutuamente para cumplir los sueños?
H (Salud): Muchas personas y organizaciones que trabajan en psicología positiva han ido integrando también esta última letra que tiene que ver con la salud física y mental. ¿Desde que estamos juntos como pareja mi calidad de sueño, alimentación, ejercicio físico y estabilidad emocional, han mejorado?
No necesariamente tienes que estar excelente en todas las áreas, pero sí es importante intentar un buen balance entre ellas. Esta guía también te puede mostrar cómo revisar tu propia vida y cuáles son los temas a mejorar para alcanzar un mayor bienestar personal y felicidad.
Anímate a compartir esto en pareja, revisar cada punto y ver cómo juntos pueden encontrar algunas ideas para mejorar. Hacerse el hábito de conversar sobre cómo se sienten en la relación, qué quieren mantener, qué les gustaría hacer diferente y comprometerse activamente a hacer cambios que impacten positivamente a ambos puede ayudar positivamente a que se sientan más cercanos, compañeros y amigos en este desafío de construir una relación saludable.
